martes, 31 de marzo de 2009

Sonidos que no volvieron a salir de mi boca.



Y nunca más volvi a decir lo que decía porque se comieron mis palabras como quien se come un bocatta en el almuerzo.

Nunca más volví a pronunciar aquellos sonidos que antes pronunciaba, porque mis cuerdas bucales no eran las mismas.

Y como no quise decir aquello que antes decía dejé de ser yo misma.

Me tragué mis palabras como tragué la sonrisa.

Mi boca terminó llena de cosas vanales que no tenían que ver conmigo, todo por dejar de decir lo que quería.

No quisé hablar y callé...

Callé como la calle alumbrada que no tiene nada que decir, ni nada que ver porque la luz no le sirve de nada si está siempre callada.

Callé porque sentía que no tenía nada que decir y todos se rieron de mi sin que yo pueda decir algo.

Me senté a escuchar las ideas de mi vida sin que yo participe en ellas.

Asentía con la cabeza y decía si a todo, me había quedado sin palabras.

No volví a decir nada de lo que decía, para que si ya no hace falta?

Me obligaron a callar para reírse de mi, robarme lo que me quedaba y correr sin ganas.

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