martes, 28 de abril de 2009

Fin


Como si nada me llegó un día la noticia de que estaba muerto.

Yo, que hasta hace dos noches soñaba con él a mi lado derecho, no pude evitar preguntar si fue doloroso para él y por respuesta: "Si lo fue lo aguanto como un hombre." "Mejor así." dije en voz alta, cuando lo que hubiese querido es que me invoque en sus últimos instantes, que me llore y me diga que vaya a buscarlo, como si el solo tacto de mi mano fría comparada con lo caliente de las suyas, le bastara para renacer como los árboles que lucen ya muertos en el invierno... Lo tomó como un hombre, lo que siempre quizo ser.

Y recuerdo cuando se despidió de mi hace dos noches, sin besos, solo un abrazo eterno y yo en un susurro:"Te amo." y él en hermético silencio. Agarró lo que había traído consigo y subío en su coche sin regreso.

Me dediqué a esperar su llamada sentada en el sofá rojo donde habíamos hecho el amor por primera vez, hasta que tocaron a mi puerta y me dijeron que había muerto.

Y yo insisto ahora en que debió de invocarme en su agonía, pero no lo hizo y una vez más su silencio hermético que no me dice nada y que solo yo sabía interpretar, pero ahora no estará.

Para honrar su memoria he retirado sus fotos, he tirado sus cartas, cambié mi dirección y quizá mi forma de ser porque no dejaré que nadie me vea como me vió él ¿Miedo? No, esa palabra ya no tiene ningún tipo de significado, porque muy aparte del miedo que siento al pensar en las cucarachas que entran por la ventana de mi baño, no le temo a nada... Ni siquiera a su recuerdo ya borrado.

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